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Con el calor del verano a punto de llegar, la norma es que, la gente de Nueva Orleáns, se vista más informal que en otras épocas del año. El tema de la vestimenta en la Iglesia es delicado, especialmente, en un área donde hace calor nueve meses al año. ¿Cuál es su perspectiva sobre, cómo debe vestirse la gente para la Misa?
Tengo una variedad de sentimientos al respecto de esto. Hay una parte de mí que, permanece agradecida con Dios, de que una persona esté en la Iglesia, independientemente de cómo esté vestida. Ciertamente, me doy cuenta de que hay circunstancias individuales, en las que una persona puede tener otras responsabilidades y, no puede vestirse de la manera que podríamos considerar apropiada, así que, quiero ser sensible a eso. Al mismo tiempo, la Iglesia es un lugar sagrado, tierra verdaderamente santa. Es un lugar consagrado, donde nos encontramos con Dios de una manera única, a través de las Escrituras, a través de la asamblea y, a través de la Eucaristía. En algún nivel, nuestro atuendo habla de la importancia o la naturaleza única de lo que estamos haciendo en ese espacio sagrado, adorando a Dios en la asamblea dominical. Cuando las personas asisten a eventos sociales como bodas, aniversarios o graduaciones, por lo general se visten con cuidado. Eso no quiere decir que estén vestidos formalmente, pero están vestidos apropiadamente. ¿No deberíamos tener el mismo cuidado cuando vamos a la Iglesia, para experimentar la presencia de Dios, de una manera única a través de la Misa?
¿Cómo ha visto a la gente, vestirse para ir a la Iglesia?
Creo que todos hemos sido conscientes de que, hay algunos que a veces se visten de manera demasiado informal para la Misa. En algunos casos, uno podría incluso, cuestionar el nivel de modestia en la vestimenta. Creo que es importante que todos tengamos en cuenta que, nuestra vestimenta no debe ser una distracción o una tentación para otras personas. Esto va, tanto para hombres como para mujeres. No creo que debamos usar camisetas que anuncien cerveza, o que tengan palabras inapropiadas, que puedan ofender a otra persona. Una vez más, creo que la responsabilidad recae en cada individuo. Debemos actuar con caridad y responsabilidad y, no ser piedra de tropiezo, en la experiencia de adoración de otra persona.
¿El problema, también, es solo una relajación general de los códigos de vestimenta en la cultura?
Esto tiene algo que ver con eso. Todo el mundo conoce los "Casual Fridays" y eventos por el estilo. Menos personas usan sacos y corbatas, en el lugar de trabajo. Si alguna vez tiene la oportunidad de mirar fotografías en blanco y negro de eventos deportivos de las décadas de 1930 y 1940, verá muchos hombres en la multitud con saco y corbata. Solía ser que, para entrar en un restaurante elegante en Nueva Orleáns, tenías que estar vestido apropiadamente. Los hombres tenían que llevar chaqueta y corbata. Nadie podía entrar a un restaurante en chanclas. Esos días, se han ido en gran medida. Me doy cuenta de que, cuanto más vivimos en una sociedad informal, un código de vestimenta relajado, se vuelve más la norma. Quiero ser sensible a esa realidad. Al mismo tiempo, me gustaría continuar planteando la pregunta: La forma en que nos vestimos para ir a la Iglesia, dice algo sobre, ¿cómo vemos la importancia del evento? Me gustaría reiterar: siempre estoy agradecido con Dios, de que la gente está en la Iglesia, con el deseo de celebrar la Eucaristía. Para mí, la vestimenta es siempre una consideración secundaria. Sin embargo, es digno de nuestra consideración. No estoy seguro de cuánto le importa a Dios nuestra vestimenta, pero vestirnos apropiadamente, es una forma de decirle a Dios y a los demás, que valoramos la Eucaristía y la vemos sagrada, y como la fuente y cumbre de nuestras vidas como Católicos.
Mi oración sería que la gente, realmente entendiera lo que significa no ser una distracción para los demás, en un momento tan sagrado. Me encantaría alentar a más personas a cumplir con el adagio de usar su “mejor ropa de domingo”, no para presumir, sino como una forma concreta de agradecer a Dios, y cuidar a nuestros vecinos en el banco de al lado.
Las preguntas para el arzobispo Aymond pueden enviarse a: [email protected].