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Usted ha hablado mucho sobre “reclamando” el domingo, como un día para las familias para orar juntos, y pasar tiempo el uno con el otro. ¿Por qué es tan importante para usted?
En primer lugar, tenemos que volver a los Diez Mandamientos, que no son exactamente las diez “sugerencias.” Dios dijo, “Santificar el día del señor.” Además, la ley de la iglesia dice que tenemos que santificar el domingo yendo a Misa, y abstenerse de trabajo innecesario ese día. En nuestra cultura actual, se ha convertido el domingo como cualquier otro día. Es otro día de trabajo, otro día cuando los supermercados y los centros comerciales están abiertos. Dios sabe que sin duda, se puede comprar en línea. Justamente se ha convertido en otro día de negocios. Creo que hemos perdido el sentido de las familias que se unen y van a Misa juntos, y luego pasar tiempo de calidad el uno con el otro. El ritmo de nuestra vida es tan rápido, y tan fuera de sintonía con lo que la humanidad debería ser. Algunas encuestas muestran que una familia no pasa tiempo junto por más de una comida o dos veces por semana. Eso no es lo que Dios quería. Esto no es sin duda, emocional o espiritualmente saludable para una familia. Los niños se pueden educar sin ningún sentido de pertenencia o intimidad. No soy tan ingenuo como para pensar que al tomar nuestra postura, la va a cambiar en un mes, o un año o seis años. Hace falta una generación para hacer algo, para cambiar la cultura y a hacer algo contracultural. Pero lo podemos empezar ahora.
Ha animado a las familias a que oren juntos, pero también les ha pedido a las entidades Católicas a hacer cosas concretas, para salvaguardar el domingo para las familias. ¿Puede explicarnos eso?
Le he pedido a las parroquias a patrocinar actividades familiares el domingo, y a promover el regocijo de asistir a Misa juntos, y a ofrecer educación religiosa y pastoral juvenil el domingo. Eso es lo que se supone hacer el domingo. Las parroquias pueden acoger eventos familiares el domingo, ya sea una feria o un picnic familiar o una catequesis inter generacional. Lo que les pedí a las escuelas no hacer es mantener las prácticas deportivas el domingo. Le pedí que no ofrezcan prácticas de atletismo el domingo. Les pedí no ofrecer pruebas de preparación estandarizadas los domingos. Les pedí que no se celebren actos que dividan a la familia, y lleven a la familia fuera de la parroquia. La parroquia es el centro de la familia, no es una escuela individual. Realmente estamos hablando acerca de las escuelas secundarias. ¿Qué ha sucedido en algunos casos? – y, quiero ser claro, no en todos los casos – es que en algunas escuelas estaban teniendo tantos eventos que el centro o el foco estaba en la escuela, y no en la parroquia. Poner a ministros de educación religiosa, y pastoral juvenil en la parroquia, así como el clero, estaban expresando su preocupación, de que a las personas las estaban desviando de la parroquia hacia la escuela. Como he estudiado esto, realmente hubo un gran número de actividades a lo largo de un año dado, que las personas en el tiempo escolar, sintieron que tenían que ir.
¿Qué tipo de reacción ha recibido?
He tenido tres reacciones. Una reacción ha sido, que debería ocuparme de mis asuntos y dejar que las familias hagan lo que quieran hacer – que yo no debería interferir, y que nada se debería hacer. En conciencia, no creo que ese sea el caso. Creo que como pueblo de Dios, tenemos que reclamar el domingo de acuerdo a los Diez Mandamientos, y de acuerdo con lo que Dios espera de nosotros, para frenar nuestras vidas, para ponerle atención a nuestros hijos, y a nuestro matrimonio, y a tener espacio en nuestras vidas para Dios y para ir la Misa junto.
Otra reacción ha sido más positiva. Un miembro del personal de una escuela, me dijo, “Me alegra que he recuperado mis domingos.”
Recientemente, una madre en una confirmación que celebré, me dijo: “Gracias por la postura que ha tomado. Ahora sé que mis hijos pueden estar en casa con nosotros el domingo.“
La tercera reacción a la que he llegado es, que algunas personas dicen que soy hipócrita, porque a veces me ven en un evento de la parroquia o en un juego de la NFL. Pero, eso es para lo que son los domingos – para que la gente se reúna con la comunidad. Es lo que estoy diciendo, hacer las cosas con familiares y amigos.
Como iglesia, podríamos quedarnos allí, y decir que la cultura es lo que es y no hay nada que podamos hacer. O podemos ser valientes, y proféticos y hacernos estas grandes preguntas. ¿Es realmente la cultura útil para la vida familiar, es realmente útil para nuestra vida espiritual?
Entonces, podemos hacer algunas sugerencias para el cambio, y tratar de reforzar ese cambio. Yo, he elegido hacerlo. Para aquellos que no están de acuerdo, yo respeto su opinión, pero creo que esto es lo que el Señor nos está llamando a hacer.
¿El Papa Francisco, no ha hablado mucho para mejorar la vida familiar?
Él ha estado hablando mucho sobre la familia y los valores familiares sobre las familias a orar juntos. También ha hablado del cuidado pastoral de la familia, y de la familia que no está dando suficiente tiempo para consolidarse.
También nos dice que tenemos que ser evangelizadores, y tenemos que recordarnos el uno al otro que tenemos que crecer en una relación más profunda con Cristo. Él está preguntando, ¿Cómo podríamos hacerlo mejor? ¿Podríamos hacerlo mejor que pasar tiempo junto en la Misa del domingo?
Pueden enviar sus preguntas al Arzobispo Aymond a: clarionherald@clarionherald.org.
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