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Estamos en la temporada de Adviento. ¿Tuvo alguna tradición de Adviento con su familia mientras crecía?
Sí, siempre tuvimos una Corona de Adviento en nuestro hogar. Animaría a las familias a considerar la incorporación de la Corona de Adviento en un momento de oración, antes de la cena, o antes de acostarse. Solo toma unos cinco minutos, pero es un momento en que una familia puede reunirse y compartir su fe, hablar y orar. Las cuatro velas de Adviento refuerzan el contraste entre la oscuridad y la luz. A Cristo se lo menciona en las Escrituras como la “Luz del Mundo” en marcado contraste con la oscuridad del pecado. Cada semana, cuando el advenimiento de Cristo (venida) se acerca más, encendemos otra vela para disipar la oscuridad. La Corona forma un círculo, que nos recuerda que el amor de Dios por nosotros no tiene principio ni fin. Cada una de las cuatro velas se enciende, una a la vez, en un Domingo de Adviento diferente. Se podría decir que, cada vela representa 1,000 años, porque la humanidad esperó aproximadamente 4,000 años para que el Salvador naciera. Las dos primeras velas son de color púrpura, que representan los colores litúrgicos. El tercer domingo de Adviento, se llama domingo de Gaudete (Regocijo) y encendemos una vela rosa, como un símbolo de alegría: porque el Salvador, ya casi está aquí. La última vela morada, se enciende en el Cuarto Domingo de Adviento, para representar nuestra última semana de oración y penitencia mientras esperamos el nacimiento de Cristo.
¿Puede explicar lo que es el Adviento?
La gente a menudo dice que es un momento de preparación para Navidad, y eso es correcto, pero ese es solo uno de los tres propósitos de Adviento. El Adviento es realmente una oportunidad para mirar hacia atrás, y prepararse para celebrar el día en que Cristo nació, y vino entre nosotros; también, es una oportunidad para mirar hacia el futuro, cuando Él volverá de nuevo en la gloria y para estar preparados para estar frente a Él, cuando venga ante nosotros al final de nuestras vidas; y también involucra el presente, cuando abrimos nuestros ojos, y pidiendo los ojos de fe, para ver a Jesús que se nos revela de maneras sutil, y no tan sutil todos los días. Todo el día, el Señor Jesús está con nosotros, caminando con nosotros, cuidándonos y, durante el Adviento, podemos estar más atentos a eso, y particularmente verlo en los eventos del día. Si celebramos el Adviento como pasado, presente y futuro, nos ayudará a hacer dos cosas: nos ayudará a celebrar la Navidad de una manera más alegre, y también, nos ayudará a no tener que preocuparnos de ir delante del Señor al final de nuestras vidas, porque lo habremos hecho a diario, abriendo nuestros ojos y corazones a la presencia del Señor.
Las lecturas de Adviento cambian dependiendo del ciclo de lecturas de la Iglesia. ¿Las lecturas tienen algún hilo que las una?
Las lecturas y los Evangelios, ciertamente hablan de la comunidad israelita que espera al Mesías, durante al menos en las dos últimas semanas, se centran en que, Juan el Bautista prepara el camino del Señor y, ayuda a las personas a prepararse para su venida entre ellos. El Cuarto Domingo de Adviento, que este año se celebra el 23 de diciembre, nos ofrece el relato de Lu-cas, sobre el viaje de María a la montaña, para saludar a su prima Isabel, quien está embara-zada de Juan. Se nos dice que el niño “saltó” en el vientre de Isabel, e Isabel identifica a María como la madre del salvador: “Bendita seas entre las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre. ¿Y cómo me sucede esto, para que la madre de mi Señor venga a mí? “María, por supuesto, acepta el mensaje del ángel Gabriel, de que ella “llevará al Hijo del Altísimo”. Ella le da su confianza total a Dios el padre, su “Creador.”
Todo un contraste con lo que está sucediendo en el mundo de hoy, con todos los signos del materialismo desenfrenado.
Ha habido una tendencia creciente en términos de materialismo, y todas las “cosas” que continúan con la temporada. Estaba pensando en todo el secularismo del otro día. Hay Black Friday, Small Business Saturday y Cyber Monday. A menudo, es donde nuestra atención se centra. Pero cuando veo todo eso, pienso en la consigna, “Mantenga a Cristo en Navidad”. Adviento es nuestro tiempo para literalmente hacer eso. Tenemos una increíble campaña publicitaria de carteles cada año del Comité de Cristo en Navidad, este año está presentando 60 carteles publicitarios “Keep Christ in Christmas” alrededor de la arquidiócesis. Ese es un maravilloso recordatorio. Tal vez, podamos poner una pequeña calcomanía en algún lugar de nuestra casa o en nuestro auto. Esas celebraciones seculares están bien, pero sin lo espiritual, no tiene ningún sentido. La idea de hacer regalos en Navidad, comenzó porque es en Navidad cuando recordamos el regalo más grande que Dios nos ha dado: su Hijo. Entonces, intercambiamos regalos con dos significados: cuando hacemos un regalo, recordamos que el mayor regalo que se ha dado es el mismo Cristo, y compartimos un regalo con otros por caridad. Dar regalos, también simboliza lo que los tres Reyes Magos hicieron por Cristo, viniendo a él llevando sus regalos. Por lo tanto, llevamos regalos a aquellos a quienes les tenemos afecto.