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Por Arzobispo Gregory M. Aymond
La semana pasada, celebró reuniones con la Junta de Consejeros del St. Joseph Seminary College y Notre Dame Seminary. ¿Cómo fueron esas reuniones?
Ambas salieron muy bien. Los obispos de Luisiana, Mississippi y Alabama, así como los laicos prudentes y generosos que están muy interesados en la formación sacerdotal, se sientan en las juntas. El rector de cada seminario, el padre benedictino Gregory Boquet, del seminario de St. Joseph y, el padre Jim Wehner, del seminario de Notre Dame, dieron informes muy detallados a la junta, sobre la calidad de la formación sacerdotal que se está llevando a cabo. Esa formación incluye: formación humana, formación espiritual, formación intelectual y formación pastoral. Es un enfoque holístico para preparar a los hombres para servir como sacerdotes.
¿Cómo están los seminarios financieramente?
A ambos les va muy bien y, siempre estamos muy agradecidos con las personas que apoyan nuestros seminarios espiritualmente y financieramente. Es la generosidad del pueblo de Dios lo que nos permite tener dos seminarios en nuestra arquidiócesis.
¿Cuál es el panorama de la inscripción en cada seminario?
El St. Joseph Seminary College tiene 123 seminaristas que, representan a más de 20 diócesis. El Seminario de Notre Dame tiene una inscripción de 146 seminaristas que, sirven a más de 20 diócesis y comunidades religiosas. Nuestros dos seminarios son grandes. El St. Joseph Seminary es la universidad de seminarios más grande de los Estados Unidos. El Notre Dame Seminary es el tercer teólogo (seminario de posgrado) más grande en el país. Soy muy consciente de que, el tamaño de la inscripción no es el final, por el cual se juzga un seminario. Nuestros seminarios no solo son grandes, sino que ambos tienen excelentes programas de formación sacerdotal. Sigo agradecido a los sacerdotes, religiosos y profesores laicos dedicados que, dan su vida de una manera generosa para ayudar a los hombres a discernir su llamado al sacerdocio y, prepararlos espiritualmente, intelectualmente, pastoralmente y, en formación humana.
El próximo mes, los obispos de los Estados Unidos, se reunirán para discutir y votar sobre un nuevo “Programa de Formación Sacerdotal”. ¿De qué se trata todo esto?
Consideraremos un documento propuesto, “El Programa para la Formación Sacerdotal: 6ta Edición”. Lo discutiremos y haremos los cambios necesarios, y luego, el documento será enviado al Vaticano para su aprobación final. No hace falta decir que, la formación en el seminario hoy es muy diferente de lo que era incluso, hace 10 ó 20 años, porque los tiempos han cambiado mucho. Muchos hombres que se presentan y están interesados en el sacerdocio, no necesariamente han estado involucrados en la vida de una parroquia y, a veces, no tienen una buena comprensión de las enseñanzas de la Iglesia o, sus prácticas espirituales. Esta realidad, ahora se incorpora a las pautas del “Programa Para la Formación Sacerdotal”. Uno de los nuevos requisitos exige una etapa “propedéutica” o preparatoria, antes de que un seminarista comience su estudio de filosofía o teología. Es una fase introductoria de formación.
¿Acaso el Seminario de Notre Dame no está haciendo algo que se refleja en algunas de las nuevas pautas del “Programa Para la Formación Sacerdotal”?
Sí. El Seminario de Notre Dame está por delante de muchos otros teólogos, en ofrecer una pasantía extendida de cinco meses en parroquias para diáconos de transición. Esto le da al diácono de transición, experiencia directa en la vida parroquial y, permite que los diáconos sean guiados por un pastor.
¿Es la formación sacerdotal, una de sus responsabilidades más importantes como obispo?
Sí. La admisión al seminario, se toma muy en serio. Hay muchos documentos que se requieren, así como exámenes psicológicos de los candidatos. A través de la oración, las entrevistas y la reflexión, decidimos si un hombre, tiene las cualidades potenciales y necesarias para servir como sacerdote. Somos bendecidos en Nueva Orleáns, al tener 34 seminaristas que, están en el proceso de discernir el llamado de Dios en sus vidas. El proceso de admisión nos da la oportunidad de determinar si la persona está lista para la formación o, si necesita tiempo adicional antes de ingresar al seminario. Estoy impresionado por la calidad de nuestros seminaristas y, su voluntad demostrada de discernir el llamado de Dios en sus vidas.
Las preguntas para el Arzobispo Aymond pueden enviarse a: [email protected].