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¿Cuál es su evaluación de las últimas novedades sobre el mandato Federal que entidades relacionadas con la Iglesia, proporcionen cobertura de seguro para la esterilización, contracepción y medicamentos para inducir el aborto? Recientemente, el Senado de Estados Unidos, en una votación de 51-48, había presentado el Acto de Respeto por los Derechos de Conciencia, que habría eximido a las Iglesias y a quienes tienen objeciones religiosas de ser sometidos al mandato. La Senadora Mary Landrieu estuvo entre los que votaron por el proyecto de ley.
Me ha decepcionado el voto de la Senadora Landrieu sobre este asunto. Mientras que la Senadora Landrieu coincide con la iglesia sobre muchos asuntos de justicia social, sobre este tema y sobre el asunto del aborto, no lo hiso. Le pido que reconsidere su posición. Algunos argumentarían de que cuando los legisladores están en desacuerdo con la enseñanza de la Iglesia, debemos acabar con el diálogo y condenarlos. Aprovecho mi referencia del Beato Juan Pablo II y el Papa Benedicto XVI, que siempre hay que llegar a aquellos que no admiten la enseñanza de la Iglesia. Debemos orar por ellos y mantener el diálogo abierto.
¿Qué es lo que más le preocupa acerca de las acciones del Presidente Obama, en relación con el mandato de Salud y Servicios Humanos (HHS)?
En noviembre pasado, el Presidente Obama invitó al Cardenal Dolan a la Casa Blanca para discutir sobre la libertad religiosa en general y cómo la ley de salud específicamente se aplicaría a los llamados “servicios preventivos.” Él le aseguró al Cardenal Dolan, que nuestra libertad religiosa no podría ser alterada. El Presidente no parece estar cumpliendo con ese compromiso. La pregunta fundamental es, si o no, una oficina de gobierno – el Departamento de Salud y Servicios Humanos – puede definirnos lo que es un ministerio religioso y cómo podemos ejercer ese ministerio. ¿Puede una entidad del gobierno obligar a la iglesia a violar su conciencia? Decimos, que no. ¿Es que no está protegido por nuestra constitución?
En la carta del Cardenal Dolan, dirigida a los obispos el 4 de marzo, indicó que todas las opciones estaban abiertas, incluyendo opciones legales, y que el mandato del HHS sería un importante tema de discusión en el Comité Administrativo en la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos que se reunirán el 13-14 de marzo en Washington, D.C.
Soy miembro del Comité Administrativo y estaré allí para esa reunión. Lo que nos preocupa seriamente, es que parece que la administración federal no está abierta a ningún ajuste al mandato o a la exención limitada, que ha cercado, a quienes tienen objeciones religiosas o morales a la ley. El presidente se comprometió a “trabajar en las diferencias.” Pero no parece que ha hecho ningún esfuerzo realmente para sentarse y hacerlo. La Casa Blanca ya ha notificado al Congreso que el mandato y todas las reglas han sido oficialmente publicadas: sin cambio en el Registro Federal. El secretario del HHS ha dicho que hay un espacio. No hemos podido encontrar tal espacio. Lo que sí sabemos es que en una reunión entre el personal de la USCCB y la Casa Blanca, preguntamos si los mandatos o la exención estaban abiertos al diálogo. Nos dijeron que esos temas estaban fuera de la mesa, que eran un hecho consumado. ¿Qué significa “trabajar en las diferencias”?
¿Cuáles son sus principales preocupaciones con la ley, de la forma que está definida?
El 10 de febrero, el presidente ofreció lo que llamó un “espacio” mediante el cual las aseguradoras, no la iglesia o sus entidades, tendría que pagar por la esterilización, los abortivos y anticonceptivos artificiales. Esto no hizo nada para disipar nuestras preocupaciones. En primer lugar, el HHS (Salud y Servicios Humanos-por sus siglas en inglés) todavía no ha abordado nuestra profunda preocupación por la violación de la libertad religiosa o sobre la acción del gobierno federal en la que intenta definir una organización religiosa y el tipo de ministerio que considera “religiosa.” En segundo lugar, muchos ministerios católicos están “auto-asegurados,” por lo que todavía tendríamos que pagar por dichos servicios moralmente censurables. Además, tendríamos que adoptar políticas que permitan esas prácticas y lo que la iglesia ha enseñado consistentemente están equivocadas, en el cual nosotros no podemos participar. En tercer lugar, el gobierno federal ya ha excluido algunos de los ministerios de la iglesia de la participación en programas federales que ayuda a las víctimas de la trata de seres humanos, los inmigrantes y refugiados y los pobres y los que padecen de hambre, simplemente porque no haremos referencias a los abortos, esterilización o anticoncepción. Y, ¿Qué pasa con el propietario de una pequeña empresa que no está afiliada con un grupo religioso, pero que tiene una objeción moral de proporcionar estos servicios? Ese empresario todavía tendrá que proporcionar esta cobertura. El 10 de febrero “concesión” había enturbiado aún más las aguas.
¿Algunos opositores han argumentado que la iglesia no se preocupa por cuestiones de la salud de la mujer?
Eso es un argumento muy extraño. ¿Por qué la iglesia opera hospitales? ¿Por qué les damos refugio a mujeres maltratadas y a niños? ¿Por qué tenemos clínicas para los pobres? ¿Por qué estamos enseñando la planificación familiar natural? Siempre hemos estado preocupados por la salud de la mujer. Sin embargo, no creemos que una mujer esté en buena salud cuando se realiza un aborto o cuando toma medicamentos que podrían causar un aborto. Pero no se dice que el aborto viola también la humanidad y el derecho a la vida del niño por nacer.
Algunas entidades Católicas tales como la Asociación Católica de la Salud y la revista América han sugerido que los obispos están equivocados por no aceptar el mandato “modificado.”
El gobierno federal ha intentado dividir a la iglesia. La Asociación Católica de la Salud, que es liderado por la hermana Carol Keehan y la revista América han salido en apoyo del “espacio,” y el gobierno Ffederal está utilizando esto como cobertura política, lo que implica que los obispos están fuera de contacto o que no conocen o no entienden la enseñanza Católica. Algunos desearían que nos rindamos. No vamos a hacer eso. Estamos hablando con una sola voz en apoyo a los valores del Evangelio y la iglesia docente.
¿Tiene esperanza que un fallo unánime de la Corte Suprema en el caso de Hosanna Tabor será reforzar las reclamaciones de los obispos de la libertad religiosa?
Sí. Por unanimidad, la Corte Suprema defendió el derecho de la iglesia para definir su propio ministerio y servicio. ¿No encaja este mandato del HHS en la misma categoría? ¿Y si nuestra libertad religiosa es abolida o infringida en algo así como la atención a la salud, quien parará al Gobierno de decirnos lo que debemos enseñar en nuestras escuelas Católicas y qué “matrimonios” debemos presenciar?
Pueden enviar preguntas para Arzobispo Aymond al [email protected].
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