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La Asociación Nacional de Educación Católica, que representa a las escuelas Católicas de todo el país, llegó a Nueva Orleáns durante la semana de Pascua, para celebrar su primera convención presencial en los últimos dos años, debido a la pandemia. ¿Qué tan feliz estaba de ver el regreso de la NCEA?
Estábamos muy emocionados de servir como anfitriones. La convención de la NCEA, solía ser uno de los eventos Católicos más concurridos cada año. Puedo recordar cuando atrajo a más de 10.000 personas. Este año asistieron 2.000 maestros y administradores de todo el país, pero ese es un paso en la dirección correcta. Estamos muy agradecidos de poder proporcionar la planificación y la hospitalidad a nivel local, para que esto suceda. En particular, tuvimos un maravilloso liderazgo de la Dra. RaeNell Houston, Martha Mundine y el Diácono Michael Whitehouse y, el personal del Departamento de Educación Católica y Formación en la Fe, así como el Padre Nile Gross y Betty-Ann Hickey, de la Oficina de Culto. También, hubo muchos voluntarios del Consejo de Clubes Cooperativos de Escuelas Católicas, que ayudaron con el registro y otros aspectos logísticos. Fue un esfuerzo de equipo.
Ha hablado a menudo sobre el valor y la importancia de las escuelas Católicas, y uno de los desafíos comunes en todo el país es la asequibilidad y, hacer que la educación Católica, esté disponible para cualquiera que la desee.
En teoría, decimos que todos los niños deberían tener derecho a la educación Católica, pero existen desafíos financieros obvios para que esto suceda. Desafortunadamente, sabemos que hay algunos que no pueden pagar la educación Católica. A nivel diocesano, brindamos toda la ayuda posible con becas a las familias, y nuestras escuelas individuales, también, brindan una gran cantidad de fondos para becas. Pero también, sabemos que hay personas que no pueden pagar la educación Católica, y personalmente lo lamento. La realidad es que tenemos que pagar los salarios de aquellos que están involucrados en el ministerio de la educación Católica, así como mantener nuestros edificios. No estamos exentos a tener que pagar nuestras facturas.
Usted usó su homilía en la Misa de apertura, para reflexionar sobre el tema de “enseñar como lo hizo Jesús”. ¿Qué significa eso realmente?
En su tiempo, Jesús fue un maestro extraordinario por lo que decía, por lo que hacía y por su actitud. Debemos ser maestros como Él, reflejando lo que dijo. Tratamos de vivir ese ejemplo de enseñanza nosotros mismos, y tener una actitud de preocupación amorosa por los demás. Los maestros, siempre han sido vitales en la educación Católica. Cada vez más, son vistos no solo como maestros, sino también, como mentores que ayudan a los padres a formar a sus hijos en la fe. Es muy importante que los apreciemos, a ellos y, a su vocación. Una de las cosas de las que estoy muy orgulloso en la Arquidiócesis de Nueva Orleáns es que, nuestros maestros ven su trabajo no como un trabajo, sino como una vocación, un llamado de Dios. También, estamos muy orgullosos del espíritu que tenemos en la familia de las escuelas de toda la arquidiócesis. No tenemos escuelas individuales para 70 y tantos; tenemos una familia de escuelas, una comunidad.
Con todos los peligros y desafíos que enfrentan los niños al crecer hoy en día, (Internet y la violencia en el mundo), ¿los valores de la escuela Católica, son más importantes que nunca?
Sí lo son. El número de decisiones morales que toman los niños hoy, ha aumentado, y los niños tienen que tomar estas decisiones, incluso, antes de tener suficiente conocimiento o experiencia para hacerlo. Depende de nuestros maestros Católicos prepararlos, no solo brindándoles el conocimiento que necesitan, sino también, ayudándolos a formar su conciencia moral, para distinguir el bien del mal. Muy a menudo, escucho a los niños decir que, hay momentos en los que realmente no saben lo que está bien y lo que está mal, porque los bombardean con muchas decisiones. Ahí es donde nosotros en la educación Católica, podemos ayudarlos a vivir una vida de calidad. Recuerdo escuchar a un director que estaba abriendo una nueva escuela, y estaba respondiendo preguntas de futuros padres, sobre si la escuela iba a ofrecer este o aquellas actividades co-curricular. Y el director le dijo al padre: “Eventualmente tendremos todas esas cosas, pero nuestro objetivo es, ayudarlos a ustedes como padres, a llevar a su hijo al cielo”. No podemos perder el foco en eso.