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En la administración pastoral de la archidiócesis, usted tiene la ayuda de 10 pastores que han sido nombrados “decanos” en cada una de los 10 decanatos de la arquidiócesis. ¿Puede explicar cuál es el papel de ellos?
A los decanos se les da el título latino de “Vicar Forane”, por lo que a menudo verán las iniciales “V. F.” después de sus nombres. La historia del Vicar Forane, se remonta al Código de Derecho Canónico de 1917, que obligó a dividir una diócesis, en grupos geográficos de parroquias denominadas “decanatos”. Después de consultar con los sacerdotes en el decanato, el obispo debe designar un Decano para un término específico, que puede ser renovado. Un “vicario” es una persona que ayuda al obispo en el gobierno pastoral.”Forane” que quiere decir “de afuera” o “rural”. Fue la inspiración de San Carlos Borromeo, en la que el obispo recibe ayuda de un sacerdote en lugares alejados de una diócesis, donde la presencia del obispo podría ser menos visible. Aunque “V.F.” ya no se refiere a “áreas alejadas”, el título de Vicario Forane fue retenido en el más reciente Código de Derecho Canónico.
¿Quiénes son los 10 decanos?
El Padre Tony Rigoli, O.M.I. (Decanato de la Catedral); El Padre Paul Desrosiers, (Decanato del City Park-Gentilly); Mons. John Cisewski (Decanato de Uptown); Mons. Harry Bugler (Decanato de East Jefferson); El Padre Walter Austin (Decanato de St. John-St. Charles); El Padre Mike Kettenring (Decanato del West Bank); El Padre John Talamo (Decanato de Algiers-Plaquemines); El Padre Oswald Pierre-Jules, S.S.J. (Decanato de St. Bernard); El Padre Rodney Bourg (Decanato de West St. Tammany-Washington); y el Padre Gil Martin (Decanato de East St. Tammany-Washington).
¿Qué papel desempeñan los decanos en el gobierno pastoral?
Trabajan colaborando conmigo, a través de lo que se conoce como el Consejo de Decanos, que se reúne cada dos meses. El director del Consejo de Decanos es Mons. Bugler, que es el pastor de la parroquia St. Philip Neri en Metairie. Mons. Bugler preside las reuniones del Consejo de Decanos. Cada decano da especial atención a su propio decanato y trae a mi atención, cualquier necesidad pastoral u otros desafíos que existen en su decanato. Muchas personas se familiarizaron con el proceso de decanato después de Katrina, cuando la arquidiócesis hizo su planificación pastoral a niveles de la parroquia y el decanato. Es un verdadero esfuerzo de colaboración. En estas reuniones, también discutimos asuntos pastorales, que afectan a toda la arquidiócesis. No tomo decisiones importantes sin la consulta de los decanos.
¿Cómo elige a un decano?
“El Directorio del Ministerio Pastoral de los Obispos” dice que, el obispo debe elegir un sacerdote que pueda cuidar personalmente al pueblo de Dios, que resida en su distrito, y que sea respetado por el clero por su “conocimientos, y trabajo apostólico”. Debe ser alguien que pueda promover y coordinar la colaboración en los programas pastorales del decanato.
Concretamente, ¿Qué significa eso?
Si hay retos pastorales en el decanato que él se da cuenta – ya sea de sus hermanos sacerdotes o del pueblo – el decano está disponible para ofrecer asesoramiento y dirección. Además, el decano puede ofrecer su propio consejo cuando vea algo que podría ser una situación potencialmente difícil. El decano también preside las reuniones del decanato, que suelen celebrarse cada mes o cada dos meses. El decano ayudaría a coordinar cosas como un servicio de penitencia en todo el decanato u otros programas pastorales en los que participen las parroquias. El decano tiene el dedo en el pulso del decanato. El decano también hace una visita pastoral a cada parroquia en su decanato, para hacer una evaluación de la parroquia y para ofrecer apoyo a los sacerdotes y al personal pastoral.
¿Asiste a las reuniones del decanato?
Sí. Cada año asisto a una reunión del decanato en cada uno de ellos, lo cual es una maravillosa oportunidad para reunirme en grupos más pequeños con sacerdotes y diáconos. Es muy informativo, porque tengo la oportunidad de ver cómo las situaciones y necesidades pastorales, pueden diferir de decanato a decanato. También, me da la oportunidad de discutir con sacerdotes y diáconos, cuestiones particulares de la pastoral y la implementación del sínodo. Algunos decanatos discuten cómo podrían colaborar – por ejemplo, en programas de educación religiosa o del ministerio juvenil. Las discusiones del decanato también son invaluables a nivel sacramental, porque al tratar de establecer pautas para la celebración de los sacramentos, las discusiones del decanato contribuyen en gran medida a aclarar los problemas y a proponer sugerencias y recomendaciones profundas.
¿Qué pasa si una persona, en una parroquia siente que necesita hablar de una situación pastoral?
A veces hay situaciones desafiantes en una parroquia. Creemos en el proceso ofrecido por Jesús, en Mateo 18. Si hay una situación muy difícil o conflicto en la parroquia, la persona debe ir primero al sacerdote y ver si la situación puede ser resuelta.
Tal vez pueda que haya que otro parroquiano que regrese, y que se siente de la misma manera. Si una persona siente que ha agotado lo que se puede hacer a nivel parroquial, entonces, esa persona puede ir al decano, para obtener orientación y consejo. Los decanos están allí para ayudar de una manera pastoralmente sensible, y para consultar conmigo cuando sea necesario. Son muy importantes para mí en el gobierno general de la arquidiócesis, y estoy agradecido a Dios por su servicio.
Preguntas para el Arzobispo Aymond pueden enviarse a: [email protected].
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