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Una nueva exposición en honor a la vida, y el legado de la Venerable Henriette Delille, ya está abierta al público en el Museo del Antiguo Convento de las Ursulinas. ¿Qué podemos aprender de su vida?
Como la mayoría de los Católicos en la archidiócesis saben, la Madre Henriette fundó las Hermanas de la Sagrada Familia en 1842, una orden religiosa de mujeres afroamericanas cuya misión era enseñar a los esclavos a leer y escribir antes de la Guerra Civil, cuando eso era ilegal. Henriette fue heroica en la vida que vivió para Dios. Como una mujer libre de color, la sociedad esperaba de ella en ese momento, que viviera como una cortesana para los hombres blancos de la sociedad privilegiada. Fue a través de una transformación importante de su vida, y determinó vivir toda su vida para Dios y por la gente que Dios puso a su cuidado, especialmente los pobres, los ancianos y las mujeres libres de color. Al celebrar los 175 años de ministerio por las Hermanas de la Sagrada Familia, es conveniente centrarse en su vida.
Usted acaba de celebrar la Misa del aniversario número 175 en la Iglesia de San Agustín en Treme, donde la Madre Henriette pasó gran parte de su vida en la oración y en el ministerio.
Esa fue una experiencia maravillosa, y realmente podría sentir el espíritu de la presencia de Henriette. Fue en esa Iglesia, que Henriette hizo promesas para trabajar con los pobres y las mujeres libres de color, y de ser madre y amiga de ellos. Eso, la llevaron a toma los votos en el Antiguo Convento de las Ursulinas, en la calle Chartres, en 1851, ante el Arzobispo Antoine Blanc y el Padre Etienne Rousselon, el capellán quien le ayudó mucho a ella en el establecimiento de su nueva comunidad religiosa. Me sentí privilegiado de estar en ambos lugares, para dar gracias a Dios por su vida y trabajo.
¿Qué sabe usted acerca de la exposición?
Se titula “Un Corazón, Un Alma,” y presenta su vida y su legado. No hay muchos escritos personales que haya hecho ella de su vida religiosa temprana, pero el lema de su vida fue escrito dentro de su libro de oraciones: “Creo en Dios. Espero en Dios. Lo Amo. Quiero vivir, y morir por Dios”. Esta es una declaración sencilla y profunda del propósito de su vida. Ella expresa la fe, la esperanza y la caridad en Dios y sus vecinos, y estaba dispuesta a vivir y a morir por esa causa. Ella, nos da mucho que pensar en términos de la dirección de nuestras vidas.
Sería difícil imaginar a la ciudad de Nueva Orleáns sin los dones de las Hermanas de la Sagrada Familia.
Sí. Han hecho un trabajo increíble en las escuelas, en los hospitales y asilos de ancianos y en muchos otros ministerios de la Arquidiócesis. Durante muchos años, ministraron en el Seminario de Notre Dame y en la residencia del arzobispo.
¿Por dónde está su causa de beatificación con la Congregación, para las Causas de los Santos en Roma?
Como la mayoría sabe, un movimiento importante en su proceso de beatificación fue justo antes del huracán Katrina, cuando las Hermanas de la Sagrada Familia enviaron docenas de cajas de información sobre su vida al Vaticano, para su revisión. La bendición es que los documentos fueron enviados antes de que la casa de la madre en Gentilly fuera inundada con varios pies de agua. Más adelante, la información médica, que trata con una curación inexplicable de una joven, fue enviada al Vaticano, como un posible caso de un milagro por su intercesión. La investigación de la curación siguió adelante, pero algunos médicos en el “panel de la santidad” no pudieron decir con autoridad si la curación fue más allá de la ciencia médica. El caso todavía está en los archivos de Roma. Desde entonces, ha habido otra curación – de una mujer joven de Little Rock, Arkansas – y las hermanas, han enviado información sobre su caso ante el Vaticano. Los funcionarios del Vaticano, han empezado a hablar con los médicos locales y personal médico. Por lo tanto, tenemos la esperanza de que un día, Henriette Delille sea beatificada. Tenemos que tener cuidado cuando hablamos de milagros. Nunca es el santo que hace el milagro; es Dios. Roguemos al santo por su intercesión. Si hay algún devoto a Henriette Delille, que sepa de una posible curación milagrosa por su intercesión, les pediría ponerse en contacto con las Hermanas de la Sagrada Familia, y hacerles saber. Lo que ya sabemos sobre Henriette es que ella ha practicado su fe heroica, y era un signo contracultural de la presencia de Dios entre los pobres y los marginados. Agradecemos a Dios, porque ella caminaba en nuestras calles, y es realmente un signo del amor de Dios en nuestra arquidiócesis.
Preguntas para Arzobispo Aymond pueden enviarse a: [email protected].
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