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Cuerpo y sangre de Cristo
June 22, 2014
Jn. 6:51-58
La iglesia no es algo subjetivo que yo cambio, ni tampoco es algo emocional en donde yo me siento a gusto.
La historia de la iglesia y de la misa están documentadas en la Biblia y en miles de documentos a lo largo de los siglos. Vamos a poner un ejemplo del año 150, en donde se describe en detalle como los primeros cristianos celebraban la Misa. Es idéntica a como la celebramos hoy dia.
El papá de San Justino Mártir fue discípulo de uno de los doce apóstoles, y su hijo se convirtió en gran apologista. El año 150 le escribe al emperador de Roma dos apologías en donde describe lo que creen y celebran los cristianos de acuerdo a lo que han recibido de los apóstoles.
En su primera apología, encontramos la mas perfecta descripción de la celebración de la Misa en la antigüedad. Y es exactamente igual a la celebración católica en todos sus detalles.
“Sólo pueden participar de la Eucaristía los que admiten como verdaderas nuestras enseñanzas, han sido lavados en el baño de regeneración (bautismo) y perdón de los pecados (Confesión).
Porque el pan y la bebida que tomamos no los recibimos como pan y bebida corrientes; se nos ha enseñado que aquel alimento sobre el cual se ha pronunciado la acción de gracias y el cual, después de transformado, es la carne y la sangre de Jesús, el Hijo de Dios encarnado (Presencia real).
Los apóstoles, en sus comentarios llamados Evangelios, nos enseñan que así lo mandó Jesús, ya que él, tomando pan y habiendo pronunciado la acción de gracias, dijo: “Haced esto en memoria mía; éste es mi cuerpo.” Del mismo modo, tomando el cáliz y habiendo pronunciado la acción de gracias, dijo: “Ésta es mi sangre.” Y A partir de entonces, nosotros celebramos siempre el recuerdo de estas cosas (Consagración).
El día llamado del sol, nos reunimos en un mismo lugar, y se leen los comentarios de los apóstoles o los escritos de los profetas (Liturgia de la Palabra).
Después, cuando ha acabado el lector, el que preside exhorta y amonesta con sus palabras a la imitación de tan preclaros ejemplos (La homilía).
Luego nos ponemos todos de pie y elevamos nuestras preces (Oración de los fieles).
Al termilnar las poreces,nos damos el beso (La paz).
Y, como ya hemos dicho, cuando hemos terminado las preces, se trae pan, vino y agua (Procesión de las ofrendas).
Entonces, el que preside eleva, fervientemente, oraciones y acciones de gracias, y el pueblo aclama: Amén (Oración Eucarística)
Seguidamente, tiene lugar la distribución y comunión, a cada uno de los presentes, de los dones sobre los cuales se ha pronunciado la acción de gracias, y los diáconos los llevan a los ausentes (Sagrada comunión).
Los que poseen bienes en abundancia, y desean ayudar a los demás, dan lo que les parece bien (La colecta).
Y lo que se recoge se pone a disposición del que preside, para que socorra a los huérfanos y a las viudas y a todos los que, por enfermedad u otra causa cualquiera, se hallan en necesidad.
Padre Luis Henao escribió esa columna, y trabaja at el Apostoado Hispano en Metairie.
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