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Parece que, hemos estado en una guerra “por siempre” contra las drogas, pero el número de víctimas que cobran las drogas, parece aumentar cada año. ¿Hay algo que la arquidiócesis pueda hacer para tomar una posición significativa?
Sí. Es importante que la Iglesia tome una postura de hablar en voz alta porque, es una posición para el bien común de todas las personas. En primer lugar, desde una perspectiva moral, las drogas ilegales están prohibidas debido a sus efectos nocivos en individuos y familias. En segundo lugar, nos preocupamos profundamente por todos los seres humanos, y eso significa que nos preocupamos por la salud física, la salud espiritual y la salud emocional de una persona. La voz de la Iglesia necesita ser escuchada, llamando a las personas a ver el daño que implica. Estamos preocupados por aumentar la conciencia general sobre el impacto del uso de drogas, pero, más específicamente, necesitamos ayudar a los padres y maestros a guiar a los jóvenes, la Iglesia joven, que están lidiando con la intensa presión de sus compañeros. Es muy fácil que un niño se enrede con el uso de drogas porque, quiere adaptarse y ser como todos los demás. A veces, escuchan a un amigo decir: “Si no haces esto, eres tu el que es inmaduro”.
¿Puede hablar sobre un grupo que se formó localmente para elaborar un plan estratégico integral y sostenible, para reducir las consecuencias negativas de las drogas ilícitas y otras drogas de abuso y el abuso del alcohol?
El grupo se llama “The Greater New Orleans Drug Demand Reduction Coalision” (www.gnoddrc.org). La coalición está dirigida por un consejo de especialistas en prevención, tratamiento y aplicación de la ley, con un equipo de apoyo de más de 200 ciudadanos interesados. Está dirigida por Stephanie Haynes y Seton Jenkins, quienes han sido incansables en la evaluación de los hechos sobre el tráfico de drogas y, el uso ilegal de drogas en nuestra comunidad. Nuestro objetivo es construir una mejor comunidad juntos, pero para hacer eso, necesitamos obtener buenos datos sobre el alcance del problema. Su misión de investigación, ha producido un importante análisis de los comportamientos de los alumnos de 10º grado: la edad media del estudio. En cuanto a los estudiantes de segundo año en el área metropolitana de Nueva Orleáns, el 23 por ciento bebe, el 21 por ciento, ha viajado con un conductor ebrio, el 12 por ciento ha estado borracho o “drogado” en la escuela, el 11 por ciento consume marihuana, el 5 por ciento ha vendido drogas ilegales, el 5 por ciento a fumado y el 4 por ciento abusan de los opiáceos. Entre los adultos, los adultos jóvenes y los estudiantes universitarios, el 40 por ciento ha consumido alcohol en exceso en las dos semanas anteriores y, el 18 por ciento ha consumido marihuana. En 2017, las muertes en Nueva Orleáns por sobredosis de opioides (494) superaron el número de homicidios. Todos han escuchado sobre la violencia con armas de fuego en Chicago, donde las personas son asesinadas a una tasa de 131 por cada 100,000. En Nueva Orleáns, tenemos una tasa aún mayor de violencia con armas de fuego: 149 asesinados por cada 100,000 personas. La policía investigó 454 tiroteos en 2017 en Nueva Orleáns, un promedio de más de uno por día. El NOPD informa que, las drogas estaban involucradas en el 90 por ciento de los casos. La coalición tiene un plan de cuatro pasos: evaluar el uso de drogas de los estudiantes a través de encuestas; crear una campaña mediática; elevar la conciencia de los padres; y enseñar prevención en las escuelas.
En un sentido, los esfuerzos antidrogas, parecen ir contra la corriente, debido a la cantidad de estados que han aflojado las restricciones al uso recreativo de la marihuana. En Colorado, se vende libremente.
La marihuana se está volviendo tan fácilmente disponible. Ahora, tenemos pruebas sólidas de que venderlo en el mostrador, ha tenido un efecto perjudicial en la sociedad. A los grupos de presión a favor de la marihuana, les gusta decir que la droga es inofensiva, pero eso simplemente no es cierto. Además de ser adictiva, la marihuana afecta la función cerebral, incluso, más allá de la fase de intoxicación aguda, y el uso regular durante la adolescencia puede causar una pérdida permanente en el coeficiente intelectual. Hay escáneres cerebrales de usuarios que comenzaron a consumir marihuana en una etapa temprana que muestran un desarrollo neuronal dañado. Desde que Colorado legalizó las ventas “recreativas” de marihuana en 2013, las estadísticas son alarmantes. Ha habido un aumento del 151 por ciento en muertes automovilísticas relacionadas con la marihuana. Sabemos que, el inicio del consumo de marihuana en esta área es la edad de 6 años, y hemos visto a los niños convertirse en usuarios habituales a la edad de 10 años.
¿Qué otras preocupaciones hay en el área de Nueva Orleáns?
Nuestra área es, una puerta de entrada para la heroína en el sureste de los EE. UU. Ahora tenemos tiendas o almacenes que venden vapeo y otros artículos relacionados con drogas. Nuestros alumnos lo llevan con ellos. Un dispositivo de vapeo es tan pequeño como una unidad de memoria USB. Los padres necesitan supervisar a sus hijos y, formarlos en la fe. También, nos hemos vuelto mucho más conscientes en los últimos años con la adicción a los opioides.
¿Qué está haciendo la arquidiócesis ahora para proporcionar recursos a quienes luchan con las drogas o el alcohol?
Tenemos un programa de salvamento llamado, Ministerio de Abuso de Sustancias (SAM, por sus siglas en inglés) que fue establecido en nuestra archidiócesis por el diácono Louis Bauer en Slidell, y ahora tiene capítulos en casi todas las áreas de la archidiócesis. SAM es para personas afectadas, o afectadas por el abuso de sustancias, y ofrece muchos recursos para las familias y para aquellos que están luchando por recuperarse. Aplaudo a ese grupo por su visión. Tuve el privilegio de dar una charla en una reunión de SAM sobre la recuperación de la espiritualidad. Kristina Gibson, del programa Isaiah 43 de Caridades Católicas, ha estado trabajando con las parroquias en iniciativas de crianza y mentores para nuestros jóvenes. También, tenemos un programa de Caridades Católicas, llamado Counseling Solutions, “(Soluciones de consejerías)” dirigido por el Dr. Mark Taliancich, que ofrece asesoramiento clínico sobre salud mental para quienes luchan contra el abuso de sustancias. Queremos llamar a las personas a un estilo de vida positivo, y necesitamos abrirnos a Dios. Nunca podemos olvidar a las personas que se están recuperando del abuso de drogas y alcohol. Nadie elige volverse adicto; es el resultado del uso indebido de drogas durante un período de tiempo. La adicción entra y se apodera de la vida de la persona. La adicción, no es solo física, sino también, espiritual y emocional. Dios, es un sanador, y podemos pedirle por los que sufren adicción, para que se abran a su poder curativo.
Las preguntas para el Arzobispo Gregory Aymond, se pueden enviar a: [email protected].