A platform that encourages healthy conversation, spiritual support, growth and fellowship
NOLACatholic Parenting Podcast
A natural progression of our weekly column in the Clarion Herald and blog
The best in Catholic news and inspiration - wherever you are!
El lunes, 23 de enero, fue el primer día oficial de su visita “ad limina” a Roma junto con otros 21 obispos de Luisiana, Mississippi, Alabama, Tennessee y Kentucky. Fue usted el celebrante principal de la Misa de apertura en la tumba de San Pedro en la Basílica de San Pedro. ¿Como fue esa experiencia?
Tuve el privilegio de presidir. Fue un honor dirigir a los obispos y también fue un acto de humildad el poder arrodillarse en la tumba de San Pedro y conducir a los obispos en la oración. Celebramos la Misa en la silla de San Pedro. He predicado en San Pedro muchas veces. Sería maravilloso haber visto el perfil de la personalidad de Pedro. Las lecturas hablaron elocuentemente de sus puntos fuertes. La primera lectura habla de su estancia en prisión y su voluntad de ser perseguido por lo que creía. Era su profesión de fe: otra oportunidad para Pedro, para ser audaz. Y entonces contrasta esa audacia con la otra parte muy real de quien fue Pedro – el otro lado de este hombre, que era muy débil. Era una persona que hablaba antes de pensar. Jesús fenomenalmente le dijo, “Ponte detrás de mí porque me estás tentando.” Él fue el que negó a Jesús. Al reflexionar sobre sus debilidades, no minimiza su bondad, santidad o fortaleza. Fue fuerte y débil al mismo tiempo. Esa fue su humanidad. Y sin embargo, de alguna manera, Jesús lo elige a él, conociendo sus fortalezas y sus debilidades, funda la Iglesia y es el primer pastor de ella.
¿Existe una lección allí?
Mi punto a mis hermanos obispos fue, “¿No somos los mismos?” A través de todo lo que él vivió, Pedro aprendió humildad y mansedumbre. Debemos hacer lo mismo. Dios nos muestra nuestra debilidad, nuestros fracasos y nuestros pecados. Dios puede utilizar tanto la bondad como la oscuridad para llevar a su pueblo. Hice un llamado para que renováramos nuestra vocación. Así como Jesús llamó a Pedro para sacarlo de las profundidades y dar un salto de fe, por lo que estamos llamados a hacer lo mismo. Como nos detuvimos en el altar, invité a todos a orar por nosotros mismos como pastores, pero lo más importante para la gente, es que estamos llamados a servir en las diócesis confiados a nuestro cuidado pastoral. De manera especial, oramos por nuestros hermanos sacerdotes y nuestros compañeros de trabajo en el ministerio. La Misa fue una oportunidad para orar por nosotros y para orar por los que servimos, dar gracias a Dios por Pedro y por orar por nosotros mismos.
¿El Evangelio del domingo le viene a la mente cuando Pedro dejó inmediatamente sus redes para seguir a Jesús?
Sí. Cuando Pedro dejó sus redes y dijo “sí,” no tenía idea de lo que eso traería. Fue un acto de fe, pero aún mayor la fe cuando Jesús le preguntó, “¿Quién dices que soy?” y Pedro dijo, “Eres el Mesías.”
¿Los obispos se juntaron para una reunión preliminar el domingo, 22 de enero?
Sí. Nos juntamos durante mucho tiempo a repasar el calendario para los próximos 10 días. Conocimos a las personas en el “North American College” quienes nos ayudarían con nuestra visita. Y entonces hablábamos sobre cada congregación Vaticana que nos estarían visitando y discutiendo las preguntas que nos gustaría hacer y las ideas que queremos compartir. El Arzobispo Hughes, el Obispo Fabre y yo nos reuniremos con el Santo Padre el jueves (26 de enero) a las 11:30 am, y hablaremos de las cosas que nesecitamos hablar con él. Fue muy productivo.
¿Ha tenido alguna reunión con alguna congregación Vaticana?
Nos reunimos el lunes por la mañana con el Cardenal Marc Ouellet, quien es la cabeza de la Congregación para los obispos y el ex arzobispo de Quebec. Fue una reunión muy positiva. Revisamos la importancia de la elección de Obispos y de proponer nombres para el Santo Padre. El Cardenal Ouellet nos pidió que oráramos mucho, discernimiento y cuidadoso cuando sometemos nombres a la Santa Sede de obispos potenciales. Nos llamó a la integridad. Usó la palabra “discernimiento” muchas veces. Esto no son solamente decisiones; Esto es pedir a Dios que nos ilumine y nos bendiga para que podemos tomar decisiones de acuerdo a la voluntad de Dios. También habló sobre el tema muy importante de la libertad religiosa, especialmente con la decisión tan decepcionante de Washington, el viernes pasado, le mandaron a la Iglesia proporcionar anticonceptivos y la esterilización en sus pólizas de seguro de salud para los empleados.
¿Qué puede decir acerca de la decisión de la administración de Obama?
En primer lugar, resulta muy decepcionante. Como obispos, hemos creído que el Presidente y los miembros de su personal serían más comprensivos y al menos que estudien el asunto. El hecho de que no están incluso dispuestos a estudiarlo es una profunda decepción para nosotros. Realmente creemos que esto está en contra de la Constitución. Una persona tiene derecho a la conciencia y a decir si actuará o no actuará de tal manera cuando se trata de la moralidad. No se supone que el Gobierno sea nuestro maestro moral. Hemos seguimos dialogando, pero tenemos que proclamar muy firmemente que este país fue fundado en la libertad, fundado en paz, justicia, libertad, libertad y libertad de conciencia y el Gobierno no puede decirnos cómo debemos vivir nuestra vida moral. Lamentablemente, creo que este será un desafío público para todos. Como obispos, no podemos quedarnos atrás y permitir que esto pase desapercibido. Estamos listos para una discusión sana y un argumento muy esclarecedor acerca de esto.
¿Qué sucedió en su primer día?
Esta noche nos fuimos a la residencia del Embajador de Estados Unidos ante el Vaticano, Miguel Díaz. Él estaba fuera de la ciudad, pero su esposa y sus colaboradores estaban allí. Nos dieron algunas indicaciones de cómo tratan las situaciones diplomáticas y políticas con la gente de la Santa Sede y cómo trabajan con la Secretaría de Estado. El martes (24 de enero), vamos a ver a la persona a cargo de la exhibición del Beato Juan Pablo II para hablar sobre la posibilidad de traerla a la Arquidiócesis de Nueva Orleáns.
Tags: San Pedro, Uncategorized