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Usted ha mencionado que hay varios temas pro-vida que vendrán en las próximas semanas. ¿Puede usted hablar sobre ellas?
Tuve el privilegio de hablar el 12 de enero en las escalinatas del Capitolio del Estado en Baton Rouge, por el Derecho a la Marcha por la Vida en Luisiana. En 1973 cuando la decisión de Roe vs. Wade fue anunciada por la Corte Suprema, muchas personas, incluyéndome a mí, no nos dimos cuenta del impacto que tendría. Lo que parecía en 1973 un permiso o una excepción se ha convertido en una forma de vida en los Estados Unidos, y creo que la mayoría de nosotros nunca habría pensado que, literalmente cambiara la cara de nuestra nación, cambiar nuestra moralidad y cambiar nuestra actitud hacia la vida humana. En estos últimos 40 años, hemos permitido que se construyera una cultura de muerte. Esa decisión se ha utilizado para justificar otras amenazas a la vida, como la eutanasia y no cuidar a los pobres y los inmigrantes. Si usted puede quitar la vida de un niño en el vientre, entonces, es más fácil justificar el no cuidar la vida humana o tomar la vida humana en nuestras manos. Estoy muy agradecido por el gran número de feligreses y grupos de jóvenes de la arquidiócesis que estuvieron en Baton Rouge en la marcha.
Usted era un seminarista cuando se anunció la decisión de Roe vs Wade. ¿Cuáles son sus recuerdos de cómo fue aceptada?
Recuerdo las graves preocupaciones de la iglesia, y la iglesia se pronunció con fuerza. Sin duda, sabíamos que la decisión tendría consecuencias importantes, pero nunca nos hubiéramos imaginado las ramificaciones – y tal vez es mi ingenuidad o mi optimismo – que 40 años más tarde el aborto sería visto como una norma en nuestro país, que ha cobrado las vidas de 55 millones de bebés. Y, se está convirtiendo en una norma en otros países.
Usted se dirige a Washington, D.C., esta semana, por el Derecho a la Marcha nacional por la Vida, el viernes, 25 de enero.
Fue un privilegio poder asistir, tanto a las marchas del Estado como a las marchas nacionales este año. Normalmente no puedo participar en tanto por cuestiones de tiempo, pero este año debido a la investidura presidencial, la marcha nacional fue aplazada, por lo que pude hacer las dos cosas. Tuvimos aproximadamente, más de 500 jóvenes de la arquidiócesis de viaje a Washington, D.C. Nuestra oficina del Ministerio de jóvenes, prepararon siete autobuses, además de varias escuelas que fueron en los suyos propios. Esto es mucho más que unas vacaciones para los estudiantes. Ciertamente, divertirse y llegar a visitar Washington, pero se trata de un peregrinaje, incluyendo la oración que comparten en el viaje en el autobús, y a continuación su testimonio fuerte por la vida durante la marcha. Los jóvenes llegan a aprender más acerca de los problemas, y llegan a hacer una denuncia pública. Admiro a los estudiantes que asistieron. Son jóvenes adultos pro-vida fuerte. Mientras están tomando unos días fuera de la escuela, ellos tienen que ponerse al día con su trabajo al volver. También es un sacrificio financiero. Son testigos fuertes, y agradezco a la “iglesia de los jóvenes adultos.”
Un reciente estudio de investigación de Pew Research Center parece indicar que el aborto es cada vez menos un problema en el escenario nacional. ¿Cómo ve lo que está sucediendo?
La gente de mi generación, por cualquier motivo, en algunos casos no sólo permitió que Roe vs Wade, tomara un lugar si no también suscribiera lo que decía. Por el contrario, veo a nuestros jóvenes hoy – en grandes números – siendo mucho más pro-vida que las personas de mi tiempo. Verdaderamente creo que van a cambiar la cara de América en las cuestiones de la vida, porque ellos son abiertos. Ellos saben que la vida comienza en el momento de la concepción.
Usted ha sido claro al incluir otras cuestiones, además del aborto, en la categoría de los temas pro-vida.
Como Católicos, estamos inequívocamente contra el aborto, y es un problema de pro-vida. Pero, ser pro-vida significa abrazar otras cuestiones que son muy importantes, y tenemos dos poderosas oportunidades en las próximas semanas para abogar en favor de la vida. Muchas personas no se dan cuenta, pero el estado de Luisiana ha establecido una fecha de ejecución para el 13 de febrero – que es Miércoles de Ceniza – para Chris Sepulvado, quien fue declarado culpable de matar a su hijastro de 6 años de edad hace unos 20 años. Muchos líderes de la iglesia están instando a la Junta el perdón del estado, al fiscal y al juez, para detener su ejecución. Seamos claros acerca de esto. Cuando alguien toma la vida de otro, es pecado; es el demonio; es una gran injusticia. Lo aborrecemos y de ningún modo podemos justificar la maldad horrible que tuvo lugar cuando mató a su hijastro. Aborrecemos el abuso físico que tuvo lugar antes de su muerte. Sin embargo, ¿Eso nos da el derecho a tomar otra vida? ¿Mientras que aquellos que asesinan a otros merecen castigo, debería ese castigo terminar con la ejecución? Nuestro Santo Padre, John Paul II, específicamente escribió en el “Catecismo de la Iglesia Católica” que la sociedad moderna tiene sistemas penales capaces de mantener de por vida, a personas peligrosas, aisladas de la sociedad, casos así como la pena de muerte para proteger a la sociedad de personas peligrosas “son raros, si no prácticamente inexistentes.” Creemos que debe estar en prisión por vida. Su muerte no va a traer de vuelta la vida de su hijastro. El Antiguo Testamento hablaba de, ojo por ojo y diente por diente. Jesús habla de ir más allá, perdonar a nuestro prójimo y también rezar por su conversión. Esta es una oportunidad para nosotros, de orar por la conversión de este hombre, para que él pueda arrepentirse y obtener un corazón nuevo y un espíritu nuevo. Tal vez, él llegará a conocer a Dios de una manera nueva y diferente. Este es un tema muy controvertido, pero la iglesia ha sido fuerte en esto.
También ha estado hablando mucho y ha defendido contra la trata humana, el cual aumentará en Nueva Orleáns durante el Super Bowl y el Mardi Gras.
Este es otro tema pro-vida. Tenemos las mujeres y las niñas menores de edad traídas a Nueva Orleáns para el Super Bowl y Mardi Gras, y se utilizarán con fines de prostitución. Si respetamos la vida humana y creo que estamos hechos a imagen y semejanza de Dios – y si creemos que Dios vive dentro de nosotros – debemos enfrentar públicamente y decir que la trata de seres humanos está mal. Es la esclavitud de nuestra actualidad. Esperemos que, concientizar con esto, que seamos capaces de cambiar algunos corazones, y, tal vez, hacer que la gente sea lo suficientemente consciente, para que si ven algún comportamiento sospechoso puedan informar a la policía. Debo admitir que no tenía conocimiento de la magnitud de la trata de seres humanos que tiene lugar en Nueva Orleáns. Somos un pueblo que habla en contra del aborto y hablaremos para siempre en contra del aborto. Pero también debemos aceptar las otras cuestiones pro-vida que se nos están dando en estas próximas semanas, que incluyen la ejecución de un criminal y la traición de la dignidad humana de niñas inocentes y de algunos otros adultos que se utilizan para el placer ilícito de otros.
Preguntas para Arzobispo Aymond pueden enviarse a [email protected].
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