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Con mucha esperanza, la Conferencia de Obispos Católicos de Luisiana busca brindar orientación continua, para afirmar la cultura de la vida, y poner fin al uso de la pena de muerte. La Vida y la Dignidad de la Persona Humana es el fundamento de las enseñanzas de Jesús y de las Escrituras, nuestra tradición y la enseñanza social Católica.
Esta es una enseñanza esperanzadora de la Iglesia, y defiende nuestra ética de vida constante, de que la vida es sagrada, desde la concepción, hasta la muerte natural. Al mismo tiempo, continuamos orando por las víctimas y sus familias, y por su sanación y, por el fin de la violencia en nuestras comunidades
Como Iglesia, acompañamos a nuestros hermanos y hermanas, hijos, padres y seres queridos, mientras los vemos sufrir por las acciones atroces y violentas de otros. Sólo Dios puede consolarlos, pero nosotros, ofrecemos todo el consuelo que podemos con nuestra presencia y oración. La sanación que proviene del perdón, ha sido una fuerza poderosa en las vidas de muchas familias que han experimentado la violencia. A través de nuestros variados ministerios, ofrecemos asesoramiento, apoyo personal y la gracia de los sacramentos, para ayudar en el proceso de sanación. Nuestro ministerio de sanación y perdón, tiene sus raíces en el mandato de Jesús de “sed misericordiosos, como vuestro Padre es misericordioso” (Lucas 6:36).
Las declaraciones anteriores de la Conferencia de los Obispos Católicos de Luisiana incluyen, “Que la justicia y la misericordia se encuentren” en 2002 y, en abril de 2017, “Es Hora de Afirmar la Vida Sin Excepción: La Pena de Muerte, No es Aceptable”. Desde entonces, los fieles laicos Católicos y los líderes de la Iglesia, han seguido trabajando para afirmar la cultura de la vida.
San Juan Pablo II, dejó claro que, nunca se debe quitar la dignidad de la vida humana, ni siquiera en el caso de alguien que haya hecho un gran mal. La sociedad moderna, tiene los medios para protegerse, sin negar definitivamente a los delincuentes, la posibilidad de reformarse.
En 2018, el Papa Francisco, actualizó oficialmente el “Catecismo de la Iglesia Católica”, calificando la pena capital como “un ataque a la inviolabilidad y la dignidad de la persona” y considerándola “inadmisible” en todos los casos. Siempre debemos tener presentes los principios Católicos de justicia restaurativa: apoyar y restaurar a la familia de la víctima; hacer responsable al infractor de su delito; y proteger a la comunidad en general.
La pena de muerte es, una cuestión pro-vida y, la Iglesia ha sido consistente en abogar por su abolición. Hay maneras de proteger a la sociedad sin recurrir a la pena capital, como nos ha llamado a entender esto San Juan Pablo II. Como Católicos, somos conscientes de la realidad más profunda de la misericordia de nuestro Señor Jesucristo y, de que la misericordia es el cumplimiento supremo de la justicia.
La Conferencia de los Obispos Católicos de Luisiana formula posiciones de política pública, a través de una junta directiva, formada por el Arzobispo de Nueva Orleáns y los obispos de las otras diócesis Católicas de Luisiana.