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Domingo de Ramos
Abril 13, 2014
Mat. 21: 1-11
(De acuerdo a Orígenes, sacerdote, 184-253)
Llegaron a Betfagé. Era una villa que pertenecía a los sacerdotes. Allí vivian temporalmente y desde allí iban a prestar sus servicios al templo.
Cristo entró en Jerusalén como sacerdote; se va directamente al templo para purificarlo y después al cenáculo para celebrar la Eucaristía.
¿Representan esos burros a los sacerdotes?
Jesús envía dos discípulos con la orden de desatar y traer al burro, con su cría, que estaban amarrados. Jesús que acostumbraba a hacer largos viajes a pie, ¿porqué está haciendo esto?
Para darle cumplimiento a la profecía de Zacarías que dice: “Frita de gozo, hija de Jerusalén. Mira que tu rey viene a ti, montado sobre un burro.”
La gente de Israel debe alegrarse porque su esclavitud ha terminado.
“Desátenlo y tráiganmelo.”
Desatar es la palabra sacramental que Jesús usó para conferir a los apóstoles el poder de perdonar los pecados.
El burro simboliza a la gente de Israel, y la cría simboliza a los gentiles.
Jesús ordena que ambos pueblos sean liberados por la enseñanza de sus discípulos, a ellos les dió el Espíritu Santo con estas palabras: “Reciban el Espíritu Santo. A aquellos a quienes perdonen los pecados, les quedaran perdonados.”
Los discípulos desatan a los burros y se los traen a Jesús. Jesús los necesita para poder sentarse sobre aquellos que ya han sido desatados de sus pecados y han obtenido el perdón.
No nos escandalicemos pues, si alguien, que sirve a Jesús, se compare con esas bestias de carga. A veces los animales son mas inteligentes que lo que nosotros somos delante del Señor.
Con sus enseñanzas los discípulos desatan a los animales de sus cadenas, son perdonados de sus pecados, y luego son llevados a Jesús; Jesús entonces los usa como sus siervos, y les da descanso. No ellos a Jesús.
Los discípulos a quienes Jesús ha hecho dignos ministros del Nuevo Testamento, al desatar a los burros, se los traen a Jesús. El usa como su medio de transporte a aquellos que han sido desatados de sus antiguas cadenas.
De la esclavitud humana al servicio de Jesús.
“Si alguien les dice algo, díganle que el Señor los necesita y que luego los regresará.”
Cuando estos animales llegan a Jesús, ya no son mas bestias de carga. Ya han sido transformados y enriquecidos; han sido hecho participantes de la divinidad y palabra de Dios. Ya ha sido transformados por el Señor y para la gloria de Dios. Van a ser regresados al lugar de donde fueron desatados. Y aunque regresan al mismo lugar, no regresan a la misma esclavitud.
Porque ya han sido desatados y han sido honrados de transportar a Cristo. El Señor no los va a mandar de nuevo a la esclavitud, ni a aquellas tareas bajas que hacían antes de llevar sobre si al Hijo de Dios.
Y entonces Jesús se sienta sobre las capas de aquellos que por su mandato han instruido tanto a los judíos como a los gentiles.
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