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Es importante que nosotros, como Iglesia, el pueblo de Dios, oremos por aquellos en el liderazgo que serán personas íntegras y fieles, a las promesas que han hecho a Cristo y a la Iglesia.
En las últimas semanas, hemos visto denuncias de abuso sexual contra un cardenal y un ex diácono local que, había sido removido del ministerio. Se han planteado otras preguntas sobre cómo las acusaciones de abuso sexual han sido manejadas por obispos en otros países.
Es posible que, todos los que amamos a la Iglesia estemos tristes, desanimados, y tal vez incluso, enojados por las acciones de los líderes de la Iglesia, que han sido infieles a sus compromisos. Nadie debe sufrir abuso sexual de nadie, especialmente no de un miembro del clero. No hay forma de justificar estas acciones.
En 2002, hubo serias dudas sobre cómo los obispos de los Estados Unidos manejaban este tipo de denuncias. La Carta para la Protección de Niños y Jóvenes, nos dio un proceso para resolver estas acusaciones y ayudarnos como obispos, a ser transparentes y responsables.
Este es un momento importante para que los líderes de la Iglesia se vuelvan a comprometer con la protección de los niños y jóvenes. La Carta para la Protección de Niños y Jóvenes,y la política con la que nos hemos comprometido enla Arquidiócesis de Nueva Orleáns, son muy minuciosas y específicas. Seguimos estas políticas fielmente.
A veces, aquellos que no entienden el proceso cuestionan esto, pero yo, junto con mis compañeros de trabajo, intentamos ser fieles a lo que hemos prometido.
Es importante señalar que, las acusaciones que hemos recibido recientemente de abuso sexual de menores por miembros del clero, datan de hace aproximadamente 30-40 años.
Debido a esto, a veces nos quedan más preguntas que respuestas, y no podemos juzgar, o sacar conclusiones sobre lo que había en los corazones y las mentes de aquellos que tomaron estas decisiones hace décadas. Ahora sabemos mucho más sobre el abuso sexual, la corrupción de menores, y los patrones de comportamiento, de lo que sabíamos hace 40 años.
Nosotros, como Iglesia, estamos totalmente comprometidos con nuestro programa de ambiente seguro. Incluido en este número del Clarion Herald está una carta que estoy enviando a todas las personas involucradas en el ministerio con niños en nuestra arquidiócesis. En muchos años, no hemos recibido una acusación creíble de comportamiento inapropiado que haya tenido lugar en el momento actual. Esto da evidencia de la vigilancia de los líderes en nuestras parroquias y escuelas.
Lo que es más importante, una vez más extiendo mi apoyo y mis disculpas en oración a las víctimas de abuso sexual. Me he encontrado con varias víctimas a través de los años, y al escuchar sus historias, me da la oportunidad, de una manera pequeña, de compartir su dolor. Sin embargo, nunca conoceré el dolor que han experimentado, y que todavía están experimentando. Nosotros, como Iglesia, debemos acercarnos a las víctimas, y acompañarlas en su búsqueda de sanación. También, debemos recordar y orar por aquellos que son abusados dentro de las familias y por otros en la sociedad.
Debido a que la Iglesia es humana, cada uno de nosotros es un santo y un pecador. A lo largo de los siglos, la Iglesia ha experimentado otras crisis graves, pero Dios es fiel, y nos conducirá a la sanación. Debemos aprender de nuestros errores, nuestros pecados y nuestra falta de integridad, y avanzar con esperanza.
Las preguntas para el Arzobispo Aymond pueden enviarse at [email protected].